Escrito
para Carol TIPS- Mayo 2010
Por Ángela
Español
Muchas
veces escuchamos decir: “Estoy muy motivado” o “He perdido la motivación” y no
entendemos el porqué de estos repentinos cambios. Estamos en el trabajo de
nuestros sueños, felices, haciendo lo que nos gusta, y sin darnos cuenta nos
vemos frente a los niveles más bajos de motivación, en relación a algo que
solía ser lo más importante de nuestras vidas.
Esta
situación ocurre no sólo en el trabajo, sino también a nivel personal con
nuestro aspecto físico, con el matrimonio, con los estudios, entre otras
cosas.
La
motivación es el deseo de llenar nuestras necesidades. Estas necesidades pueden
ser intrínsecas: reconocimiento, ascenso, responsabilidad; o extrínsecas:
condiciones laborales, salarios, relaciones personales, entre otras. También se
habla de motivación trascendental que es la que nos motiva a formar parte de
algo e involucrarnos en una misión mayor.
Para
mantenernos motivados es necesario centrarnos en un deseo de cambio, un impulso
o un estímulo que nos lleve a alcanzar las metas que día a día nos
trazamos.
Ciertamente
hay momentos de motivación alta y otros de motivación baja. Comprendamos el
porqué de esta situación que no se da al azar; sucede en un lugar específico de
nuestro cerebro: La amígdala cerebral. Esta funciona como una puerta
neurológica por donde pasa cualquier cosa que nos motive, y se encarga de
distribuir nuestras preferencias. No obstante, mientras la amígdala nos impulsa
a actuar, los lóbulos pre-frontales quieren analizar de qué se trata este
impulso enviado por la amígdala. Este hecho, que se da en el centro de control
ejecutivo de nuestro cerebro, busca proporcionar una dosis de cuidado y
pausa a los impulsos enviados por la amígdala.
Si nos
preguntamos cómo mantener y regular nuestro estado de motivación, tendríamos
una respuesta muy sencilla: conócete bien a ti mismo y descubre qué cosas son
las que te motivan. Da a las situaciones la importancia e interés necesarios
para mandar mensajes positivos de manera constante a tu cerebro.
Voluntad,
Esfuerzo, Estímulo, Reto, Fuerza Interior, Compromiso, Interés, Impulso… Son
palabras a poner e acción cada día para mantener altos los niveles de
MOTIVACION; aún haya factores externos que te motiven, recuerda que ésta
siempre se da dentro de ti, en tu cerebro y que solo tú estás a cargo de
mantenerla y regularla con tus acciones y tu actitud frente a las cosas.
“Nada
sobre esta Tierra puede detener al hombre que posee la correcta actitud mental
para lograr su meta” Thomas Jefferson.-
0 comentarios: